jueves, 19 de diciembre de 2013

Gobierno de Madrid vende tres mil viviendas públicas a empresas privadas que ahora piden más del doble a las familias que fueron adjudicatarias


El Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid, en manos del derechista Partido Popular, a través del Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA), ha vendido 3000 viviendas de protección pública construidas con dinero público y que fueron adjudicado mediante sorteo público a familias humildes que debían demostrar varios requisitos, a empresas privadas de fondos de inversión con un claro ánimo de lucro. Estas viviendas están distribuidas en 11 municipios de la región de Madrid.
Para poder hacer la venta, el Gobierno regional modificó las condiciones que firmaron en su día estos vecinos. Y ahora, los precios de venta fijados son desorbitados y muchos vecinos no saben si podrán continuar viviendo en sus casas.
La empresa más beneficiada es Azora, firma inmobiliaria española que gestiona fondos de Goldman Sachs. Aunque parezca una broma no lo es. El Gobierno del Partido Popular, que debería gestionar lo público, lo que hace es entregar las viviendas públicas, construidas con dinero público en suelo público a empresas especuladoras dejando en manos de la empresa privada los hogares de decenas de miles de personas.
La Comunidad de Madrid ha vendido las 3 mil viviendas por 201 millones de euros. Es decir, el precio medio de cada vivienda le sale a la empresa privada por 67.000€, una auténtica ganga, ya que ahora la empresa vende cada vivienda por más del doble de ese precio. Negocio redondo a base de la venta del patrimonio público.
Por todo esto, cientos de personas salieron a manifestarse el sábado, 14 de diciembre Allí estuvo nuestro compañero Ramón Ferrer, de Radio Almenara.

http://www.masvoces.org/spip.php?page=ayuda-archivo&id_document=8869 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

VII marcha ciclista 2013, Dehesa de la Villa - Barrio del Pilar

Resumen de la VII Marcha Ciclista, Dehesa de la Villa - Barrio del Pilar, celebrada en 21 de septiembre de 2013.
Esta marcha se celebra, para reivindicar el uso de la bicicleta por parte de los ciudadanos y el necesario apoyo institucional para fomentar su uso y respeto.


jueves, 7 de noviembre de 2013

Huelga de limpieza y jardines en Madrid: en juego 1400 despidos y bajadas de sueldo a 600 €/mes


Continúa la Huelga de limpieza y jardines en Madrid. Los sindicatos siguen intentando que las empresas concesionarias –que son las grandes constructoras del país- acepten un acuerdo para desbloquear la huelga indefinida que está siendo seguida por más del 90% de los seis mil trabajadores. Éstos exigen la retirada de sendos expedientes de regulación de empleo (ERE) planteados por tres de las cuatro empresas adjudicatarias de la limpieza madrileña: Ascan (del grupo OHL), Servicios Ciudadanos (de Fomento de Construcciones y Contratas FCC) y Valoriza (de Sacyr Vallehermoso) para despedir a un total de 1.400 trabajadores.
Los sindicatos han propuesto medidas alternativas al despido, como jubilaciones adelantadas, cobrando la totalidad de la prestación, o por medio de bajas, pero de momento las empresas se niegan y el Ayuntamiento de Madrid hace como si el conflicto no fuera con el consistorio, al que los sindicatos señalan como el principal responsable. A los despidos, las empresas reclaman una reducción del sueldo. Como señala José Manuel, barrendero de Madrid, ya venían trabajando por mil euros y con la rebaja, el ayuntamiento y las empresas quieren que trabajen limpiando las calles por 600 euros al mes. En comparación, la alcaldesa Ana Botella, y después de que el Gobierno la rebajara en más de 20 mil euros anuales, cobra cada mes unos seis mil euros, diez veces más.
Mientras, los trabajadores dicen que seguirán indefinidamente con la huelga, cumpliendo los servicios mínimos que ha impuesto el Ayuntamiento, del 40%, y que consideran abusivos.
Para tener más información del conflicto laboral los barrenderos están presentes en las redes sociales, en twitter: @barrenderosmad y el Facebook Barrenderos de Madrid.
Nuestro compañero Ramón Ferrer, de Radio Almenara, de Madrid, nos ofrece la entrevista con José Manuel, barrendero de Madrid.

martes, 10 de septiembre de 2013

La rebeldía festiva no busca espectadores

Publicado en Periódico Diagonal: https://www.diagonalperiodico.net/libertades/19758-la-rebeldia-festiva-no-busca-espectadores.html

En Madrid se multiplican los eventos festivos organizados al margen de la administración. También crece la interconexión entre estos festivales.
RAMÓN FERRERsociólogo


La Batalla Naval se celebra cada año en el mes de julio en el distrito madrileño de Puente de Vallecas /ALBERTO FANEGO
Con el ánimo arriba y dispuestas a afrontar lo que sea, tomamos aire y nos concentramos enlas fiestas y festivales populares y autoorganizados que se celebran en barrios y municipios. El mejor Madrid que existe, aquel que lleva la iniciativa y la creatividad mediante acciones concretas. Las fiestas, territorio magnífico para reforzar vínculos, para explorar otros nuevos, también son un escaparate desde el que señalamos los conflictos que atraviesan el territorio de nuestros cuerpos y de nuestros barrios, sin complejos. Un espacio fértil, una propuesta en directo de cómo conjugar una programación cultural y un espacio para seguir construyendo poder popular. Durante los días de las fiestas un sujeto colectivo emerge para dar cuenta de nuestra identidad, para celebrarla. En los aledaños de ser prohibidas, no permitidas, atraemos al otro al mostrarse a las claras el conflicto: éstas son mis fiestas y yo soy las fiestas, no vamos a permitir que se organicen en nuestro nombre, sin nuestra participación. La fiesta es mía, no puedes impedírmela.
Los festivales populares también son un escaparate desde el que señalamos los conflictos que atraviesan el territorioSon manifestaciones evidentes de organización local y, sin embargo, muchas fiestas y festivales con años de trayectoria observan la imposibilidad de seguir editándose, algunas por sostenerse con dinero de la Administración, otras por el aumento de requerimientos técnicos derivados de un mayor control político. Llueve sobre mojado. La amenaza suele venir acompañada por inercias perversas en el funcionamiento interno de los grupos que las organizan, principalmente la dificultad para dar entrada a otros colectivos, otros actores. Un planteamiento que consiga ampliar en la esfera de lo comunitario, sin miramientos, radicalmente, puede sortear la amenaza de prohibición, de criminalización; Alcorcón y el FestiK, en Cara­banchel, son ejemplos de rupturas creativas que han dado respuesta a cambios de contexto y pueden fortalecerse, paradójicamente, por la posibilidad evidente de clausura. En ambos casos un replanteamiento estratégico, un agrupamiento de fuerzas sobre la base del trabajo en red ya desarrollado, permite nuevas opciones, como trasladar el lugar de celebración o directamente tomarlo.

Ingredientes para el cocktail

Para organizar fiestas populares, festivales, hay una serie de ingredientes básicos: el parque, la calle y la gente del barrio. También hay experiencias como el festival feminista Lady­fest que no enfatizan la territorialidad asociada a un barrio concreto, sino que se engarzan en el mismo espacio en el que está sucediendo. Su última edición se celebró en diversos distritos de la ciudad de Madrid.
Las fiestas de mi patio son particulares. Saltamos la hoguera cantando canciones, nos cobijan árboles plantados cuando nacimos. Escribimos deseos, compartimos la cena. Sin embargo, las fiestas de mi barrio ahora son de la Administración. Se gasta mucho dinero y yo sólo acudo como espectador. Un viejo me contó que antes las fiestas las montaban las personas que vivían en la zona, armando el mejor baile del distrito. Luego cambió. Se dejaron de hacer. Hay gente que no va a las de la Junta, porque articuladas en torno a la lógica del mercado dejan fuera a quienes ven mermada su capacidad de consumo, y porque unas fiestas sin el componente de la autoorganización dejan simplemente de ser populares, participadas: esa gente puede olvidar que una vez bailaron en la calle, casi enfrente de su casa, en sus propias fiestas. Yo también he dejado de ir, mis amigos hacen pereza para acercarse, estamos pensando en retomar las de nuestro barrio.
Y es una alegría saber que no estamos solas. En Alcorcón han tenido las suyas y, como no les dejaron estar en el recinto con el resto de casetas, se las han montado itinerantes y van de plaza en plaza. Durante el desarrollo de las actividades la policía, de paisano, provoca, pero la gente se hace cargo y les apoya. El alcalde David Pérez se ha empeñado en descalificarlos, criminalizarlos y más gente se ha puesto de parte de las vecinas rebeldes.
En el pueblo de Vallecas las fiestas de Kontracorriente iban de eso, de montarla en los márgenes, casi para ser prohibidas; es lo que tienen las fiestas, una se siente libre y eso no le gusta al Estado, ni al capital, ni al capellán. Y más, porque cuando hay gente que quiere celebrar la vida, se acaba rebelando sin perder la alegría. En el Pozo, en Aravaca, en Retiro,en el Festival Almenara, en el Festi-k, en Móstoles, en la batalla naval de Vallecas, en Vicálvaro, en Begoña ya las viven hace años. Lo más divertido es que se intuye que están conectadas: en el parque de las Cruces de Aluche hay un poeta de la Ventilla; en el turno del barrio del Pilar hay gente de Alcorcón y en el festival Almenara los arcones vienen del FestiK de Cara­banchel. Los festivales y las fiestas populares brindan la posibilidad de recrear identidades colectivas frente a discursos hegemónicos impuestos, de participar activamente de esa recreación. Es interesante seguir ganando presencia en espacios que alteran esa lógica y nos permiten estar más cerca del otro.

viernes, 30 de agosto de 2013

Festivales autoorganizados en la ciudad de Madrid. Espacios para crear y construir poder popular.

Publicado en Madrilonia.org: http://madrilonia.org/2013/08/festivales-autoorganizados-en-la-ciudad-de-madrid-espacios-para-crear-y-construir-poder-popular/

Para quiénes hayamos participado en el desarrollo de un festival de barrio.
X_FESTIVAL_WEBminiEl menda que les escribe, dicho con mucha humildad, no puede evitar pasarse las horas durante el festival comprobando que todo esté a la altura de los y las ilustres invitadas, ese 99% del que últimamente se habla tanto: la gente corriente y moliente.
Pero este menda que les escribe sí conoce a alguno y alguna que pillo cacho en algún festival, valiéndose, porqué no, del turno de barra que tan bien nos sienta, en todos los sentidos (hasta para comprobar que lo de tirar cañas es una expresión literal). También conoce a alguna que se atrevió a recitar los versos que tenía bajo el colchón y tomar la palabra, su palabra, y no morir de vergüenza en el intento. Y sabe de grupos de jóvenes muy jóvenes, con la sangre envenenada por la música, que encontraron en estos espacios el lugar para cantar y expresarse. Incluso, sé de algún vecino motivado que arregla el parque una noche de San Juan, días antes del evento, para que los también ilustres músicos y músicas no se tropiecen durante los conciertos. A un lado y al otro, los festivales, las fiestas populares, de barrio, son un espacio fértil, una propuesta en directo de cómo conjugar una propuesta cultural y un espacio para seguir construyendo poder popular.
Del repertorio de acciones antagonistas a los discursos hegemónicos[1]: ocupaciones de tierras, escraches, radios comunitarias…  estos festivales aún no gozan de ese estatus de práctica política, y sin embargo, al menos intuitivamente sí sabemos que organizarnos por nuestros propios medios y contar con la afluencia simpática de miles de vecinas tiene un componente transformador. Pero ¿somos capaces de reconocernos a nosotras mismas esa dimensión? ¿o es hasta estratégico seguir ignorándola? Quiero decir, estoy convencido de que la motivación más presente para montar en el barrio conciertos y actividades no es la de ir armando un contrapoder, incluso esa posibilidad podría juzgarse como negativa, si ello alterara el ambiente necesariamente lúdico para intimar año tras año con el vecino. La estrategia, por ahora, sigue pasando por hacernos un hueco en el parque de la zona, conseguir los medios para llevar a cabo la propuesta y seguir organizados para materializarla (que por cierto, no es moco de pavo). Pero ¿qué pasa si un día lo prohíben? ¿si nos prohíben? ¿si un informe nos deniega la existencia el mismo día que íbamos a hacer los bocatas en la asociación vecinal?
El pasado mes de Junio, a finales ya, cuando el calor aprieta y los barrios periféricos de Madrid miran hacia el mar soñando con las deseadas vacaciones, todo es calma y chicha en la urbe. ¿Todo?; no, todo no. En locales y parques, en asociaciones y centros sociales, decenas de vecinas llevan varios meses organizándose para poner en marcha festivales culturales en la calle, gratuitos y de calidad, eventos que dan cuenta del mejor Madrid que existe, aquél que lleva la iniciativa y la creatividad mediante acciones concretas. Estoy hablando del Festi-k, en Carabanchel y del festival Almenara en Tetuán[2], ambos con diez años de trayectoria en el parqué de los festivales autoorganizados y alternativos que pugnan por reeditar cada año su propuesta: el parque, la calle y la gente del barrio.
De entre las grandes y pequeñas tareas que se requieren para organizar eventos de estas características: logística, coordinación, diseño del programa, diseño de la difusión, turnos de limpieza, de barra, acondicionamiento del parque… siempre hay una, la más ingrata y gris que, al menos en los últimos años, no se resuelve sino hasta el mismo día del inicio, esa tarea es la interlocución con la administración; ¡con el ayuntamiento hemos topado!
Pese a que la dimensión burocrática ha estado presente desde las primeras ediciones de estas experiencias, este 2013 marca un punto de inflexión. Por situarnos, un suceso dramático en la ciudad copó los titulares y el corazón de cinco familias: cinco jóvenes mueren en un concierto multitudinario en un recinto cerrado propiedad del Ayuntamiento de Madrid, el caso del Madrid Arena. Con el tiempo se inician medidas a nivel judicial y a nivel político se sacan de la manga la Oficina de Actos en la Vía Pública que en Junio queda constituida. Este órgano según la disposición oficial publicada en el BOCM “emitirá un informe previo, preceptivo y vinculante respecto de la resolución del órgano competente”, esto es: más centralización del poder municipal.
Paralelamente conocemos dos casos el Festik y el Festival Almenara, que iniciados los trámites con el ayuntamiento, informan y dan cuenta a través de informes y petición de permisos de su intención de celebrar en dos parques públicos los citados festivales. A pesar de los trámites con las juntas municipales, la recién creada OAVP es la que tiene la última palabra para emitir un informe favorable. El resto ya es conocido, el festival Almenara recibe el visto bueno de la oficina celebrándose por décimo año en el parque Rodríguez Sahagún. En Carabanchel el FestiK ha de trasladarse al centro social EKO y en el parque de las Cruces, cerca de Aluche, únicamente se llevarán a cabo las actividades culturales, siendo excluidos los conciertos nocturnos. También la fiestas de Carabanchel Alto son canceladas.
Entre aplausos, la noche del 29 de Junio, subían al escenario del parque, personas del grupo que organiza el FestiK, allí dieron cuenta del “millón de documentos” que tuvieron que entregar al ayuntamiento, para que finalmente el mismo día que tenían previsto el montaje les denegaran el permiso. Entre aplausos, insisto, de la gente y gritos como:  “crear, luchar, poder popular”, empiezo a plantearme si no es tiempo de poner nuestras barbas a remojo, permanecer aislados de otras prácticas similares ¿es una estrategia válida? Para ese entonces, desde Carabanchel me dan el toque: en Septiembre quedamos, nos vemos, nos ponemos cara, ellos si ya dan cuenta de la dimensión política, la han sufrido, esto es una nueva vía de represión, de la subespecie burro-crática.

30/08/2013
Ramón Ferrer Prada

domingo, 23 de junio de 2013

3ª Fiestacción del barrio Virgen de Begoña

El sábado 22 (de junio de 2013) en el parque del metro del barrio de Begoña se celebró una fiesta organizada por las vecinas del barrio, y Radio Almenara participó en este evento que ya alcanza su tercera edición.
En esta ocasión, me planté allá con un equipo autoamplificado para realizar una pequeña sesión de radio directa en la calle. El objetivo además de dinamizar un poco el evento, era conocer más de cerca a las entidades y los colectivos activos en la vida comunitaria de la zona.

De los testimonios recogidos [esperamos poder armar un vídeo en próximas fechas, gracias Daniel :)], sobresalían las opiniones contrarias al cierre del colegio público Enrique Granados: la única escuela pública de ese barrio. A partir del curso que viene la mayor parte se trasladará al CEIP Príncipe Felipe, en el barrio del Pilar. En la fiesta celebrada se recogieron propuestas para que esta dotación pública pueda seguir siendo utilizada por las vecinas, debido a la escasez de espacios sociales en este barrio, y por extensión en bastantes zonas de la ciudad.
Más cositas, pues las vecinas del barrio, agrupadas en la Asociación Vecinal, daban cuenta también del deterioro de las calles, sobre todo de las aceras, que delatan abandono por parte del Consistorio municipal, en este caso del enorme distrito de Fuencarral-El Pardo. Además señalaban las innumerables escaleras que atraviesan el barrio dificultando el tranquilo transitar de las personas.
La Isla, como conocen las vecinas a su propio barrio, tiene solo tres accesos al resto de la urbe, rodeado por carreteras y vías de tren, realmente es como una isla rodeada de asfalto.
Pero pese a todo esto, allí estábamos, con la plaza engalanada, colectivos como una asociación de personas salvadoreñas, el colectivo Paisaje Transversal, parte del grupo musical Munduko Beat, Alamedillas, y Radio Almenara, celebrando la posibilidad de vernos y compartir nuestras ilusiones, en este caso nos el ánimo de seguir organizándonos para mejorar la acción en nuestros barrios.